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Ravenholm (Encina de cuervo en inglés) es una ciudad que aparece en Half-Life 2. Era antiguamente un pueblo minero, y más tarde, una fortaleza de la Resistencia ubicada en Wasteland. Era anteriormente habitada por refugiados que huyeron de Ciudad 17, pero fue descubierta por la Alianza e infestada de Zombis mediante cápsulas de Headcrabs.
Su ubicación geográfica nunca es revelada y no puede determinarse ya que se accede a ella a través de unos pasajes subterráneos, aunque siguiendo la geografía de los escenarios del juego, este enclave debería situarse más allá de los canales de agua a pocos kilómetros de Ciudad 17, de hecho, al final del capítulo Peligro de Agua, mirando hacia la base de Black Mesa Este podemos ver al fondo la silueta de este emblemático pueblo.
Historia[]
La historia de Ravenholm se remonta a sus orígenes como antigua comunidad minera habitada por prófugos de Ciudad 17. Sin embargo, tras la invasión Combine, la ciudad fue bombardeada con cápsulas de Headcrabs, por lo que Ravenholm está ahora plagada con los diferentes tipos de Headcrabs y con sus consiguientes zombis creados por su acción parasitaria. Gordon Freeman debe atravesar Ravenholm cuando La Alianza ataca una base de la Resistencia, Black Mesa East, durante el capítulo "No Vamos a Ravenholm..."
Nada más llegar a las inmediaciones de la ciudad, Gordon se encontrará ante lo que parece un escenario de pesadilla oscuro y tenebroso, lleno de restos de cadáveres y headcrabs zombies que han sido ahorcados, quemados, cortados y que sufrieron otros horrorosos destinos. Pero no todo será muerte y desolación, ya que mientras combate contra hordas de zombis, Gordon se encontrará al solitario Padre Grigori, un peculiar sacerdote que aparentemente es el único residente humano de la ciudad (aunque en Ravenholm se pueden escuchar lejanos gritos desesperados de más posibles supervivientes). El sacerdote le proporcionará ayuda, consejos, una SPAS-12 y finalmente las indicaciones para salir de Ravenholm a través de una mina.
Durante su travesía por la desolada Ravenholm, Gordon comprobará como muchas zonas están plagadas con grandes hojas de sierra, cilindros de propano, barriles de material inflamable y trampas explosivas que al parecer han sido dispuestas por el propio Padre Grigori. Debido a la severa escasez de municiones en el área, Gordon debe confiar en varias de esas trampas y en su arma de gravedad combinada con objetos como las cuchillas de sierra para acabar con los zombis y headcrabs que acechan en el lugar.